The Four Devors (Las 4 Devoraciones)

Acción de 2 horas en la caja de plexiglass durante el Festival Pohoda 2019 en Trencin, Slovaquia como parte del Festival Internacional de Performance Transart Communication organizado por HALA y Kassak Centre. Curaduría Paola Paz Yee, organización y dirección Rokko Juhasz.

12 de agosto 2019

Basado en "Las Cuatro Devoraciones. Iconofagia y Antropofagia en la comunicación y la cultura" de Norval Baitello Junior que se desprende a su vez del Manifiesto Antropofágico de  Oswald de Andrade y los conceptos filosóficos de Vilem Flusser. Baitello propone cuatro operaciones de devoración entre cuerpos e imágenes:

Cuerpos que devoran cuerpos

Cuerpos que devoran imágenes

Imágenes que devoran cuerpos

Imágenes que devoran imágenes

Para así abundar en los procesos de finales del siglo XX y principios del XXI acerca de nuestra relación con los afectos de la carne y de las imágenes bajo el régimen hegemónico del capitalismo tardío.

El Festival Transart Communication se desarrolla en contextos singulares para la acción. En este caso, el performance Box propone realizar la acción durante dos horas en una caja-vitrina en medio de un festival de música muy popular al que asiste por 3 dias gente de todas las edades. La caja puede estar abierta o cerrada, escogí dejár solo un lado abierto para realizar acciones tanto dentro como fuera, generar un espectro que logra escapar y mezclarse entre la multitud. Las cuatro operaciones de devoración fueron reinterpretadas desde la literalidad de devorar piel humana y carne que suplanta una herida profunda en mi cuerpo (pierna) izquierda), para luego devorar las imágenes de un poster conmemorativo de un archivo de arte contemporáneo, y posteriormente cubrirme con él para ser devorado por las imágenes y más aún, por la transformación de un cuerpo sanginario a un personaje tipo clown con una máscara de carne al estilo luchador. Capas de imágenes se superponen hasta terminar siendo devorados todos por la "selfie" con el payaso de carne.

El performance aborda la paradoja del espectáculo que oscila entre el entretenimiento mórbido y la crítica antropológica. Un hecho interesante fué que la acción fue reportada en un periódico local, cuestionando su viabilidad para todos los públicos, ante lo cual los organizadores defendieron que no había censura ni para los músicos mi para los artistas visuales en el Festival Pohoda.